Ejercicio físico y cáncer

  • Está comprobado que la actividad física durante todo el tratamiento minimiza los efectos secundarios.
  • El ejercicio de fuerza mejora el tejido muscular y ayuda a que el proceso sea más llevadero.
  • Adapta tu nivel de entrenamiento al que tuvieras antes del tratamiento contra el cáncer. Consulta con un especialista y con tu oncólogo.
  • Existe una gran variedad de ejercicios que puedes realizar sin necesidad de acudir a un gimnasio o comprar ropa técnica.
  • No importa la edad o la patología que exista, todo ejercicio se puede adaptar.
  • Si no tienes energía o fuerzas, intenta al menos salir a dar paseos cortos.
  • Entrenar con un objetivo funcional mejora la calidad de vida y la autonomía personal.
  • Es importante focalizarse en los movimientos que se realizan en la vida diaria y entrenar para mejorarlos. Por ejemplo, el simple hecho de transportar ropa sucia de un lugar a otro de la casa: comienza moviendo una cesta de ropa vacía o un pequeño montón de toallas varias veces para activar los músculos necesarios.
  • Cuidar tu alimentación no implica hacer un cambio radical en todos los hábitos alimenticios.
  • Cuida la belleza corporal para sentirte mejor. Aumentará tu autoestima y percepción de ti misma.